Indicadores relacionados al Derecho Humano a la Vivienda

Estimadas amigas y amigos presento a su consideración el documento: Indicadores relacionados al Derecho Humano a la Vivienda. En el mismo se recopila y organiza los datos de los censos nacionales de 1992, 2001 y 2012 que referencian la evolución y situación actual de algunos componentes de dicho derecho, para cada uno de los 339 municipios actualmente existentes en el país.

Dicho documento, publicado gracias a un esfuerzo realizado por Red Hábitat, tiene por objetivo facilitar la medición y construcción de indicadores, así como la evaluación de algunos componentes del derecho a un hábitat y vivienda adecuados*.

Además de ello, los datos estadísticos incluidos en el documento permiten también repensar la situación de pobreza en la que se encuentran miles de hogares en el país, así como cuestionar los enfoques que evalúan la pobreza sólo en función de los ingresos monetarios de los hogares, por ejemplo, la metodología de la línea de pobreza, sea esta medida al estilo del Banco Mundial (extrema pobreza= menos de un dólar por día), o al estilo de la CEPAL (extrema pobreza= ingresos que no alcanzan para adquirir una canasta básica de alimentos).

En efecto, tómese en cuenta, por ejemplo, que entre 1992 – 2012 el número de viviendas con piso de tierra, con pared interior sin revoque, que no cuentan con agua potable, que no tienen sanitario, tampoco cuarto para cocinar, o donde cocinan con leña, bosta o cualquier otro desecho, han aumentado en lugar de disminuir (Ver cuadro más abajo). En definitiva, estos datos significan que en el país existen hoy más viviendas y, por ende, más hogares con serias carencias de salubridad y habitabilidad, independientemente de que su ingreso haya superado el límite de “un dólar por día” o, lo que es más incierto aún, haya mejorado su canasta de alimentos.

Viviendas con:	1992	2001	2012
Piso de Tierra	676.018	750.220	839.651
Pared sin revoque		463.873	680.607
Agua sin potabilizar	666.002	599.040	647.773
Sin sanitario	826.148	726.189	845.168
Sin cuarto de cocina		491.770	706.058
Que usan leña o bosta para cocinar	643.311	758.909	724.391
Sin electricidad	643.188	704.489	496.663

Evidentemente, los datos consignados en el documento que les presento, muestran también que el número de viviendas con pisos y paredes más salubres, que cuentan con sanitario y cuarto para cocinar, o que utilizan gas licuado de petróleo o gas natural para cocinar han aumentado, tanto que puede afirmarse que la proporción de viviendas y hogares con carencias ha disminuido.

Apoyados en estas proporciones no faltará algún funcionario gubernamental o funcionario de la cooperación internacional que señale que “vamos bien”, pero, reducir la proporción de la pobreza no necesaria ni directamente implica que realmente se esté reduciendo el número absoluto de pobres. De acuerdo con el cuadro de arriba, sólo en número de hogares sin acceso a electricidad ha disminuido realmente y puede decirse que en este rubro sí "vamos bien", aunque lentamente. No así en los demás indicadores.

Cabe preguntarse aquí ¿Es que acaso importa más disminuir la proporción de la pobreza que el número absoluto de pobres? ¿Qué sentido tiene que la calidad de vida de algunos hogares mejore, en tanto sigue aumentando el número de otros hogares que viven en precariedad? Lo cierto es que la pobreza tiene múltiples determinaciones que no pueden ser reducidas a un indicador como el de la línea de pobreza, a la sazón, profusa y simplonamente utilizado por los actuales funcionarios gubernamentales.

Por estos motivos, les reitero mi invitación para revisar y utilizar los datos aquí presentados y, por supuesto los que todavía quedan en los Censos esperando a ser tratados y analizados.

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[*] Digo “algunos componentes” porque, lamentablemente, ni en los censos ni en ningún otro documento oficial se encuentran disponibles los datos que permitan medir y evaluar todos los componentes del Derecho Humano a la Vivienda. En vista de que este derecho ha sido recientemente incluido en la Constitución Política del Estado es de esperar que a futuro se subsane esta carencia.